AL-TAWHID ISLAMICO. LA UNION ISLAMICA
Roberto Liñán.
Tawhid
es el término árabe que significa “unión”, “unificación”, “hacer la unión”.
Para muchos activistas árabes del siglo veinte es la doctrina axial que
realmente define al islam, pero para
otros no es una “doctrina”, pues según ellos no es una creencia sino una
acción, que elimina cualquier resto de idolatría, es una intensa práctica con
la que se va desalojando de Allah todo lo que no es El y que conduce hacia la libertad de espíritu ya que
es una renuncia a la “falsedad”. Este término tiene un desarrollo
moderno con bases profundas utilizadas por antiguos teólogos, pero no esta
mencionado en el Qur’an,[1] viene de la
forma verbal wahhada que
proclama la unicidad de Dios, y algunos estudiosos musulmanes afirman que lo
sugiere claramente la Sura 112:1-4:
Dí: Él
es Dios, único.
Dios
es impenetrable
No ha engendrado ni ha sido
engendrado
Y no hay nadie igual a Él.
Este es un pasaje recitado como
parte de los cinco rezos del día. Tawhid[2] viene de la
palabra Wahid, que
significa Uno, y así se dice: Allah
Wahid, Allah es Uno,
por lo tanto tawhid quiere decir también Unidad y
Reunificación, y su contrario es el shirk,
esto es, “asociación”, que en este caso significa asociar a Dios con algo o
alguien, pero que no debe ser así, pues se corre el riesgo de tomar ese algo
añadido como divino parte de Allah,
y también puede ser tentador ser venerado. A este término puede utilizársele en
dos sentidos: Para dar nombre a la enseñanza fundamental del islam expresada en
su fórmula de que “No hay más dios que Dios”, es decir, sólo en las manos de
Dios está el sentido y destino de todo el universo; y el otro sentido, es el
camino que sigue el musulmán, que es lo que significa en realidad esta
enseñanza básica, en un proceso constante de demolición de ídolos, así el ser
humano va reunificándose con Dios excluyente. Según algunos estudiosos este
término no debe traducirse como “monoteísmo”, pues implicaría a una mentalidad
que no podría escapar del dualismo o del trinitarismo.
AL-TAWHĪD
El tawhid en el islam es la comprensión
de que todo lo que existe es unidad, la unidad de todo lo que existe con Dios,[3] para evitar las
confusiones de mundos “excluyentes”, como el griego racional o el oriental
semíticos, dependiente de diversas circunstancias, para quedar enfrascados en
la mística o el materialismo como extremos irreconciliables, pues también niega
los atributos de Dios; estas afirmaciones son comunes a las religiones
monoteístas que anteceden históricamente e inspiraron al islam. El tawhid tiene dos consecuencias, una a nivel superficial y
la otra la que afecta al musulmán profundamente. El primer nivel implica la
comprensión intelectual de que no hay más verdad que Dios, sólo él es perfecto,
por ello rechaza a todos los ídolos que el ser humano se forma, el culto a las
imágenes o a las personas, así como las interpretaciones del poder, supersticiones,
negación a los intentos de institucionalización de la espiritualidad, etc.
El
segundo nivel implica el universo interior del ser humano, la unificación
interior sobre lo que es Dios, la reunificación del propio ser, dividido por la
necesidad ante la emergencia de la sabiduría, para renacer nuevamente
desaparece ante él todo los límites de esclavitud que implica la mentira de una
supuesta autonomía y el aislamiento del ser humano. Por lo tanto el término de tawhid tiene dos significados, uno interior y otro
exterior, con sus respectivas acciones. La primera es una enseñanza formal, y
el segundo es una actitud espiritual para integrarse en la unidad de Dios, y se
convierte consecuentemente en un reto para el musulmán, que debe de dejar de
ver al mundo en dos polos, para salir de un acto de idolatrización, y el
proceso por el cual se llegará a esta meta es el islam, y esto mismo
constantemente lo afirman los profetas; por eso, según los distintos
pensadores, una de las primeras metas del islam fue concebir la unidad en un
Nación, pues solamente derrotando la idolatría del corazón de los primeros
musulmanes se podía desarrollar una nueva civilización. Por ello el profeta se
dio a la tarea de unificar a las distintas tribus desperdigadas en el desierto
y sustituir sus antiguos vínculos de unión por los de la religión, por eso para
muchos el islam apareció en Arabia cuando el país atravesaba una total
decadencia moral.
Al islam por
mucho tiempo se le había caracterizado ser una religión que borró las divisiones
sociales y étnicas entre el ser humano donde quiera que llegó, ya que superó
las barreras del idioma, el clan la tribu, y los países, concentrando a toda la
humanidad en una unidad, retando, por ejemplo, la teorías políticas sobre el
“conflicto” en la sociedad. Esto fue lo que según algunos autores islámicos dio
fuerza e hizo atractivo al mensaje de Dios
llevado por el islam a los demás pueblos, sin embargo, al irse
debilitando los lazos de solidaridad empezaron los problemas para los
musulmanes. Entonces, algunos teólogos musulmanes empezaron a re-utilizar y
desarrollar el término del tawhid al entrar en confrontación con
otras concepciones, como por ejemplo, la de los maniqueos dualistas[4] o los
trinitarios cristianos[5] pero también
con los judíos,[6]
a los cuales los musulmanes con frecuencia los trataron de musharikin o “asociadores”, pues
con ello defendían y unían la esencia divina con los atributos divinos, así
como en las disputas teológicos que mantenían entre ellos mismos, pues aún en
la misma comunidad musulmana esta presente el shirk,
en forma de culto popular a determinados personajes considerados como “santos”,
o la devoción hacia los morabitos o tumbas de santones en distintos lugares,
especialmente en el Magreb, e incluso el culto al mismo Muhammad denunciado por
algunas escuelas y corrientes del islam.
Por lo tanto, el rendirle algún tipo
de culto al profeta (s), a los santos, a los yinns, a los ángeles, etc., es un
tipo de politeísmo y es de hecho shirk,
pues le atribuyen características divinas o “compañeros” a Dios, cuando sólo
Dios debe ser digno de culto;[7] y así de esta
manera se formaron movimientos radicalmente unitaristas que combaten lo que
consideran shirk y
desarrollaron una “ciencia de la unidad” (ﺀilm
al-tawhid), tratando
de buscar una explicación “racional” ante los problemas de la comunidad, y para
demostrar y defender la unidad divina expresada en la obra de Dios en oposición
a concepciones “separatistas”, y a otras escuelas “racionales”. Por lo tanto,
los teólogos musulmanes concluyeron que si hubiera dos o más dioses, tarde o
temprano entrarían en conflicto y uno de ello terminaría como vencedor,
entonces el perdedor no podría ser considerado como dios.[8]
“Si hubiese otro dios más que Él en el cielo y en la tierra.
Habrían perecido ya.
La gloria del dueño del trono está por encima de lo que le atribuyen.”[9]
Este tipo de debates también se
reavivaron con las controversias que surgió entre los qadariyah, la mayoría de
ellos eran sirios, profesaban la doctrina del libre albedrío y la libertad de
elección, ya que el hombre debía ser dueños de sus actos para rendir cuentas
sólo a Dios, y con ello se oponían a la predestinación, por ello también fueron
perseguidos y combatidos por los omeyas. Los yawariy en cambio creían que el
hombre estaba en todas sus acciones por la divinidad, entonces el hombre está
sometido completamente a Dios; y la Muryiﺀah, en lo que concernía al estatus
del Qur’an como creado, o
no creado; la escuela libre pensadora de la Muﺀtazilah (“los que se separaron”)[10] sostenía que
el Libros sagrado era creado, trayendo a colación, en general, la multiplicidad
del resto de la creación de la divina esencia la cual es unidad pura, eterna e
incambiable, y ello estaba demostrado dado que el islam desde sus orígenes y
esencia misma, proponía la unidad de toda la comunidad (umma), la unidad de dogmas y prácticas pero sobre
todo sustituía la solidaridad tribal (al-ﺀasabiyya),[11] era una
escuela teológica de tendencia especulativa sobre los dogmas del islam, un
tanto rigurosa y de tendencia racionalista.
Así, los
oponentes a la escuela de la Muﺀtazilah respondían que el Qur’an era increado, parte de la esencia de Dios y
que el hombre tenía libre albedrío, esta escuela de la Muﺀtazilah pretendía
liberar al Libro sagrado de características antropomórficas y la visión
excesivamente simplista sobre su interpretación, entre sus principios básicos
estaban:
a) un monoteísmo riguroso,
b) La creación concreta que se da
a nivel de accidente no de esencia, el hombre crea sus actos, y como el Qur’an, según ellos, es creado
puede ser aprehendido por la razón,
c) no acepta el ilm o “consenso” como algo
infalible, pues la razón como criterio de verdad no puede aceptar la tradición
y su modo de transmisión,
d) existe un estado intermedio
entre el creyente y el pecador,
e) ordena el bien y prohíbe en
mal, lo cual también es deber de todo musulmán.[12]
Para la Muﺀtazila la esencia de
Dios era incomprensible para el hombre, por lo cual el Libro sagrado se había
hecho para que el hombre lo comprendiera. Sin embargo, los tradicionalistas
insistían en la interpretación literal del Qur’an
y del “ejemplo” de la primitiva comunidad islámico como símbolo de unidad como
modelo de liderazgo y aplicación del modelo qur’anico.
No obstante,
esta unidad a la que algunos pensadores hacían referencia, en realidad, nunca
se había dado como tal, pues recordemos, el profeta aún no moría cuando ya su
grupo empezaba a fragmentarse, y después de su muerte siguieron desarrollándose
los conflictos, por ejemplo, no desaparecieron las disputas árabes entre las
dos Confederaciones tribales de Arabia, la del Norte, conocida como Qays, Ays
‘Aylan o Mudar y la Confederación de Tribus del Sur, llamada Catan, Kalb o del
Yemen. La misma familia del profeta entró en pleitos por la sucesión del poder,
y no sólo entre los primeros califas, sino entre una de las esposas del profeta
Aisha hija de Abu Bakr y el primo-yerno del profeta ﺀAlí. Dentro de la
comunidad hubo muchas diferencias de clanes, familias, partidos políticos,
diferencias étnicas, diferencias entre árabes y persas, diferencias entre ricos
y pobres, entre los sabios y no instruidos, la población rural y la población urbana,
entre los distintos gobernantes, etc.
Así como con
otros pueblos que se fueron incorporando al islam. Mostrando así una gran
pluralidad y diferencias entre los creyentes, pues poco después también
salieron a la luz las diferencias teológicas y sobre los dogmas lo cual
provocó, desde épocas muy tempranas, en una buena medida la división de la
misma religión en diversas sectas, y cada uno de estos grupos justificaban a su
manera sus acciones utilizando la religión. Por ejemplo, los omeyas justificaron
su posición en la importancia de la soberanía y el carisma de la comunidad,
mientras que para los shiítas fue más importante el concepto del imam y el carisma del líder por
encima de la comunidad.
Estas
diferencias de opinión se tradujeron en nuevas guerras entre los
tradicionalistas de Ahmed ibn Hanbal (780-855), y el Califa ﺀAbbaid al-Ma’mun
(813-833), que entonces a poyaba a la Muﺀtazila para después, tras el
debilitamiento de este califa, los tradicionalistas volvieran a ganar fuerza y
controlaron la doctrina y la jurisprudencia, y Abu al-Hasan al-Ašﺀari retomó
la posición de que el Qur’an
era la increada palabra de Allah
el Libro coexistiendo con El, y trató de seguir demostrando la unidad absoluta
de la Divinidad. Pues Allāh es uno, único y eterno, y no hay dios sino el todo
poderoso Dios, y Dios es dado a conocer a los hombres a través de la revelación
y por lo mismo ésta debe ser aceptada. El hombre no tenía libre albedrío y
todos los actos incluso los malos eran creados por Dios, además le daban a la
divinidad características antropomórficas, pero sobre todo se insistió sobre la
unidad de Dios. Las doctrinas del ašﺀarismo dominaron la ortodoxia del Sunní
islámico del siglo X al siglo XIX. Desde entonces surgieron varias pensadores
opinando sobre la unidad divina desde distintos puntos de vista, tales como Abū
Mansur Muhammad al-Māturīdī de Samarcanda (m. 944), en su compendio del Kitab al-Tawhid, enfatizando sobre la creación,
el libre albedrío así como en los atributos divinos.[13]
Bajo la
influencia del racionalismo platónico, aristotélico así como del
neo-platonismo, surgieron una serie de filósofos musulmanes realizando tratados
sobre la “divida unidad”. Entre ellos se cita a Al-Kindī (m. 866), quien
afirmaba que la multiplicidad del mundo no podría existir sin el Uno; Al-Fārābī
(m. 950) quien afirmaba que Dios es inteligencia pura, y también trata de dar
razones sobre la multiplicidad del mundo pero afirmaba que ésta sólo era
aparente, pues toda la existencia es unificada en Dios, la fuente de todo; Ibn
Sīnā (980-1037) afirmaba que todas las criaturas estaban supeditadas a Su
esencia, pues son criaturas compuestas existentes por la emanación, pues Dios
es la única existencia simple, y a su vez, creía que había un nivel de
conocimiento más allá de lo discursivo; Ibn Rushd (1126-1198) rechazaba la
doctrina de la emanación, principalmente en lo concerniente al principio que el
Uno solamente puede producir a Uno. Dios es trascendente por lo tanto no debe
ser descrito en términos humanos, así mismo rechaza que la multiplicidad del
universo fue creado por Dios comprometiendo su unidad, y rechaza la distinción
entre esencia y existencia pues ésta es sólo una herramienta analítica, ya que
la existencia debe preceder la esencia. Ibn ﺀArabī (1165-1240) expresa la
inminencia de Dios pues solamente hay una realidad, conocida por varios nombres
tales como la única Real, la Verdadera y la única Esencia, de lo cual todo lo
demás existe, así Dios está en toda la creación pero no se le identifica con
ella, la Creación es la auto-manifestación de Dios.
Yalāl al-Dīn
Rumī (c.1207-1273) afirmaba que el adepto sufí puede lograr el nivel de la
Primera Inteligencia de Dios, la conciencia de la divinidad y Al-Ghazālī
(1058-1111), reconcilia lo místico y la lógica, pero niega que el adepto pueda
tener directo reconocimiento de Dios. Para los Sufies el significado más
general del tawhid es la afirmación de la esencia
de la unicidad de Dios, pero al mismo tiempo refleja el ascenso místico de los
niveles, los niveles de conocimiento que conducen a Dios y la unicidad de Dios es
cuestión del razonamiento y de fe. De acuerdo a esta corriente religiosa en el
primer pilar del islam, la šahadah
(“No hay dios más que Dios”), está contenido todo el mensaje simplificado de
los deseos de Dios, primero niega la divinidad y entonces lo reconoce en
términos de las facultades racionales.[14] Está compuesta
de dos partes, la primera es la expresión oral de la unidad divina, y la
segunda es la afirmación de la misión profética de Muhammad, es suficiente con
pronuncia esta fórmula para que el nuevo creyente quede incorporado
oficialmente como miembro de la comunidad (umma)
con todos sus derechos y obligaciones; y afirma la incompatibilidad de Dios con
cualquier cosa, a Dios no se le puede conocer excepto en sí mismo como él mismo
se revela, entonces por medio de la expresión de fe de la šahadah es la expresión oral
del tawhid como la unicidad divina.[15] La revelación
contiene la šariﺀah, por lo tanto, la obediencia
absoluta sólo se le debe a Dios.
En el siglo
XIII el jurista hanbalí Ibn Taymiyah (1263-1328), fortaleció la antigua
interpretación del tawhid pasando de ser un término
meramente teológico a tomar matices socio-morales aplicándolo a la comunidad de
los creyentes de la umma.
Este pensador creía que estaban erróneas las tradicionales interpretaciones
teológicas y filosóficas, así como las de los Sufíes sobre la tawhid. La aproximación de la esencia y los atributos de
la divinidad era a través de su simple aceptación, dejando su significado como
un verdadero misterio insoluble para el hombre, así mismo rechazaba las
demostraciones de los filósofos por demostrar la “necesidad” de la existencia
de Dios. Se basaba en la lectura del Qur’an
sura 62: “En el Nombre de Dios el Clemente el Misericordioso...”, más allá de
ello no se debía buscar mayores explicaciones, y en este contexto, Taymiyah
basa su creencia en la absoluta existencia del tawhid de Dios, pues la gente fue creada
con un conocimiento inconsciente de Dios, y el mundo está lleno del reflejo y
la existencia de Dios. Para este pensador la respuesta para la fe es la
completa sumisión a los deseos de Dios como quedó revelado en el Qur’an y la sunna convirtiéndose en la
esencia de fe, expresada en el comportamiento virtuoso individual y colectivo.
El ser humano
requiere una organización social y esta organización debe ser guiada a través
de la religión, y por consiguiente todos deben contribuir al bienestar del Estado.
Por lo tanto la tawhid es central en el islam, así que
la obligación del hombre no es intentar explicar la existencia de Dios, o
describir a Dios, o lograr el reconocimiento místico de Dios, etc., sino su
única obligación es someterse al deseo revelado de Dios y participar
activamente en llevarlo a cabo. Otro movimiento que también puede ser
considerado como unitarista es el de los almohade, durante la Edad Media,
quienes gobernaron un imperio entre el Magreb y Al-Andalus, y cuyo nombre, al-Muwahhid, significa
precisamente: “el que realiza la unión”, o “los confesores del Uno”.[16] Bajo el
patrocinio del imperio otomano, se desarrollaron un sin número de trabajos
científicos y teológicos de todo tipo, además allí se introdujeron y tradujeron
grandes trabajos árabes, y entre ellos las ideas de Muhayddin-i Arabi sobre la
Unidad, de la existencia sobre bases filosóficas y sobre sistemas religiosos,
que entonces se discutían entre los ulemas como parte de las disciplinas que se
aprendían en las instituciones de enseñanza del naciente imperio otomano.[17] Otro gran
pensador del siglo XV, fue Sheyh Bedreddin Mahmud-i Simavni, quien entre sus
trabajos sobre misticismo y jurisprudencia, y su trabajo Textil (Facilitación), discute
sobre la “unidad de la Existencia”, así como sobre conceptos de mística, el
paraíso, el infierno, sus teorías sobre los ángeles, diablos y el hombre
perfecto, etc.[18]
Durante el
siglo XVI, en el imperio musulmán de la India, el sultán Akbar, intentó
instituir un tipo de tariqah
en la cual intentaba consolidar su reino (y a él mismo) como parte y motivo de
la divinidad, desarrollando un tawhid-e ilahi, (“monoteísmo divino”).[19] Pero no tardó
en surgir la critica hacia su gobierno y hacia lo que intentaba instituir,
entre ellos de los que más destacaron se encuentra el renovador Ahmad Sirhindi,
quien desarrolló sus propios tratados sobre “la unidad por la existencia” Wahadat al-shuhud y otros
trabajos sobre la mística y la interiorización de la divinidad, basado en
previos autores como Ibn al- ﺀArabī, a quien también criticó.[20]
En el siglo
XVIII nuevamente el término volvió a retomarse y a hacerse popular, ahora en la
Wahhabiya, que prefieren ser llamados “unitarios” (al-Muwahhidun) ,[21] fundada por el
reformador árabe Muhammad al-Wahahāb (1703-1793) inspirándose en Taymiyah, pues
su característica central era la tawhid. Así que buscó la unidad
islámica por medio de un Estado y rechazó cualquier clase de sectarismo. Buscó
reafirmar la absoluta unicidad de Dios, denunció aquellas escuelas de
pensamiento las cuales había criticado previamente la Hanabilah comprometiendo
la unidad islámica, como la Šiﺀah y la Muﺀtazila, así como a los teólogos de un
racionalismo excesivo y de la misma manera a los Sufíes pues estos adoraban a
santos. Junto con Muhammad ibn Saﺀud (m. 1765), buscó purificar al islam y
ambos buscaron seguir el ejemplo de profeta Muhammad, tratando de borrar todos
los lazos tribales para reemplazarlos con una solidaridad religiosa, y
purificar de esta manera la religión. Este movimiento se propagó por toda
Arabia la Meca y Medina, y llegó tan lejos como Karbala, y fue tan radical que
destruyó las tumbas de los santos y se convirtió en un movimiento profundamente
fundamentalista, predominando hasta la fecha en la península arábiga.
En 1897 con
la publicación de la Risalat
al-Tawhid (“Teología
de la Unidad”) de Muhammad ﺀAbduh (1849-1905),[22] el pensador
expone una exposición completa de la religión del islam donde lo moral recibe
un tratamiento igual al dogma. Expone al Islam como la religión de la completa
unidad, pues Dios es uno en sí mismo y la creación es un solo acto. ﺀAbduh
trata de restaurar la primitiva simpleza del islam y de probar a través de un
planteamiento aristotelista, que el islam es la única fe perfectamente
compatible con la razón; y que los atributos de Dios, tales como: la vida, el
conocimiento, el deseo, la omnipotencia, la libertad, la unidad, solamente
pueden ser entendidos por la perfecta razón, pero los atributos “revelados”
tales como la vista, el oído, etc., tienen que aceptarse de forma metafísica, y
afirma que la “fuente” de la palabra de Dios es un atributo eterno de Su
esencia divina.
Por ejemplo,
la obra de Sayyid Qutb, Ma’alim
fi-l Tariq, es considerada por algunos grupos fundamentalistas sunní
como su manifiesto, ya que en buena medida ha servido para moldear la ideología
de movimientos islámicos en Egipto y otras regiones. La obra hace énfasis sobre
la desviación de la sociedad de las formas islámicas, que ha retrocedido a los
tiempos de la Yahiliyya.
Ello es el producto de los problemas actuales, pues el hombre ha desviado su
camino de la unión con Dios, y adora a falsos “dioses”, por lo tanto, “la
corrupción moral es la principal enfermedad de toda la humanidad”. Entonces, el
hombre debe someterse a los deseos de Dios, y los gobiernos deben basarse en su
Ley para guiar al pueblo. Para Qutb la única sociedad es la sociedad moral, la
cual hace posible el verdadero progreso, la verdadera civilización, la
verdadera justicia y sobre todo la verdadera libertad que es la libertad
islámica; de ahí los graves defectos que le ve al mundo Occidental y al
Socialismo, pues a pesar del gran adelanto militar, material y financiero de
estos bloques, sus instituciones morales se han corrompido, por ende la
hegemonía Occidental ha terminado, pues ha fracasado en producir el verdadero
progreso, que es el moral. Parte de este fracaso que ve Qutb es debido a que el
hombre gobierna y hace leyes por él y para él olvidándose de Dios, ello
suplanta la verdadera soberanía de Dios, estas sociedades “apartadas”, son
sociedades yahili. En el
punto de vista de este pensador, el Qur’an
insiste continuamente sobre la fundación de la comunidad islámica en la fe,
fomentando la creencia de la unidad (tawhid) y la única autoridad de Dios.
La verdadera
igualdad es la única que se posa en la soberanía divina que ofrece su
comunidad. La fórmula de “no hay más dios sino Dios”, es el verdadero reto a
todas las formas de soberanía hechas por el hombre, y argumenta que si la ley
fuera correctamente aplicada, incluso, no habría necesidad de un Estado
islámico pues no habría necesidad de instituciones de representación. Bajo estas
estipulaciones Qutb convierte al mundo en un nuevo campo de batalla, definida
por la lucha cósmica entre la fe y la no creencia, entre el islam y la yahiliyya, la tiranía y la
injusticia; por ello es necesario realizar la gran lucha Ŷihad al-Akbar, para erradicar la corrupción moral y
lograr (nuevamente) la unión con Dios, la coerción, en este caso es justificada
porque persigue una “liberación” de la “esclavitud” de la ignorancia, puesto
que una de las metas últimas del islam es lograr el camino a la liberación del
alma, sólo así el hombre será realmente libre ya que “la opresión es peor que
la muerte”, y se logra la libertad para escoger, escoger al islam.[23]
El universo
es un abstracto unitario naturalmente coherente, ya que es como una máquina
orgánica cuyas partes están balanceadas y controladas por el deseo divino, y
todos los actos involuntarios del hombre están regidos bajo este sistema de ley
divina que gobierna todo el universo; por lo tanto, todo el comportamiento
“consciente” del ser humano tiene que estar acorde a este orden, y ésto sólo es
posible a través de la aplicación correcta de la Ley divina revelada por Dios,
ya que una de las legacías de la yahiliyya
es confundir y dividir al hombre en la ignorancia, y también para contrarrestar
esta fuerza, la política tiene que convertirse en el camino de la armonía.
El cuerpo de
creyentes es “el vehículo de la redención de la sociedad”, y “la umma su destino... que supersede
todas las consideraciones individuales.” Aunque este pensador en realidad no
especifica ni da mayores señalas de cómo debe estar formado el Estado, sólo
insiste en que debe estar gobernado por la Ley divina, y que el hombre debe
cesar de hacer normas para sus propios intereses, pues desde que todas las
actividades del hombre están reguladas por la Ley, no hay necesidad de que
instituciones como la del gobierno sean la fuente de la legislación, sino sólo
deben ser la parte administrativa y la parte que se encargue de poner en
práctica la Ley; así que la humanidad debe detener sus impulsos de construir
una sociedad justa. Para Qutb, todas las demás corrientes como el Nasserismo,
el liberalismo, el socialismo, Marxismo y el Nacionalismo Árabe, son similares,
a las cuales llama yahiliyya.
Puesto que estas tesis están basadas en modelos europeos, modelos hechos por el
hombre que lo único que hacen es crear confusión y dividen a la comunidad, y
además crean ciencia, hecha por el hombre, y todo ello causa la degradación y
corrupción moral por haberse alejado de la religión.[24] Por lo tanto,
al seguir la ley de Dios el orden se restaurara automáticamente, y la gente
volverá a ocupar su lugar que le corresponde a través de sus buenos actos como
“califas” de Dios en la tierra.
CONCLUSIONES
El tawhid empezó a convertirse en un
principio de la sociedad humana, tomado como bandera a los reformadores
islámicos dadas las nuevas condiciones que se presentaban en el Medio Oriente,
y principalmente ante el atraso que sufría el mundo islámico ante Occidente, y
la subsecuente penetración de éste en todos los asuntos islámicos por medio de
la dominación directa. Se buscaron toda clase de respuestas ante los nuevos
retos que se presentaban ante un Occidente rico y poderoso, y para buscar las
respuestas al atraso inminente de los países musulmanes, muchos pensadores
musulmanes llegaron a la cuestión de la unidad islámica, la cual, concluyeron
en común, se encuentra muy fragmentada en todos los niveles, tanto espirituales
como materiales, y se piensa que a raíz de esta división vienen todos los
problemas del mundo musulmán.
Afirmaban que
la comunidad originaria era solamente una, y con el paso del tiempo la
humanidad lo olvidó y se separó. Solamente hay un Dios, Dios es esencialmente
uno y es totalmente trascendente. No obstante de la misma manera, por ejemplo,
ﺀAbduh reconocía otro aspecto de la unidad, y lo dirige al pluralismo
religioso, y clama que la diversidad de religiones no es particularmente
problemática, Dios manda la revelación por etapas en forma ascendente, y ello
se puede apreciarse en el corazón y la razón y ahí esta su existencia, y cosa
similar se puede ver en la creación, pues Dios a creado todo con un propósito,
con una meta de acuerdo al deseo del Creador, y una de ellas es la unidad de la
comunidad de Dios, y por lo mismo rechaza el fatalismo de la predestinación y
la completa libertad del ser humano. Esto permitió que en la década de 1960
Sayyid Qutb (1906-1966) reconocido como uno de los grandes ideólogos de los
Hermanos Musulmanes, que proclamara al tawhid como el principio fundamental de
la verdadera religión que es su característica central.[25]
Es la
respuesta esperada del hombre hacia Dios, y en 1982 también Ismaﺀīl al Faruqi
proclamó al tawhid ser el verdadero principio de
todo el conocimiento islámico y el orden de su mundo, tanto como su historia,
su metafísica, la estética, la ética, el orden social, el orden económico, y
que està presente en toda su cultura en general. Sin embargo, este pensador es
más tolerante y laxo conforme al sentido que le da al tawhid,
puesto que estipula que los musulmanes como los auténticos beneficiarios de la
revelación divina, son particularmente responsables del bienestar de toda la
humanidad y del cosmos, para dirigirlo de acuerdo a la esencia de la ley
divina, pues la tawhid
ordena que toda la vida debe estar ordenada de acuerdo a Dios, pero
además al mismo tiempo reconoce el respeto para otras religiones incluyendo,
incluso, sus sistemas legales, sin embargo al final de los tiempos el orden
dictado por el islam será el propenso a establecerse finalmente como destino
inevitable.[26]
Así, la ley de Dios para la humanidad es una parte de Su ley general para la
unidad del cosmos, ya sea que les llamemos “leyes naturales” o “valores basados
en la creencia”, son todos parte de la existencia de Dios, y aquellos que está
en contra de esta existencia son “enemigos de la humanidad”.
Desde
entonces el término ha sido ampliamente utilizado y reinterpretado
continuamente, a su vez por movimientos activistas y lo han incluso utilizado
en su nombre, tales como el Šiﺀi Dar al-Tawhīd (“Morada de la Unión”) en la
región del Golfo, y el Sunní Harakat al-Tawhīd (“Movimiento al-Tawhīd”)
trabajando en Palestina. En forma similar, para el Ayatollah Ruhollah Jomeini
(1902-1989), el islam es la escuela del tawhid que invoca por la unidad a
todos los musulmanes, fortaleciendo la unidad política, pues también ve que
todos los problemas del mundo musulmán se deben a su desunión y la falta de
armonía.
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[1] Esposito, John L. (Editor en jefe),
The Oxford Encyclopedia of the Modern
Islamic World, volume IV, p. 190.
[3] The Encyclopaedia of Islam, p. 389.
[7] Sin embargo los
que rinden culto en la tumba del profeta, hacen referencia a un hadit que
menciona a uno de los compañeros del profeta, Bilal ibn al-Harith que fue a la
tumba de éste durante una gran sequía y le pidió: “Oh Mensajero de Dios, pide a
Dios agua para su umma, pues esta cerca de perecer...”
[8] The Encyclopaedia of Islam, Op. cit., p. 389.
[10] Aunque ellos
así mismos se llaman ahl al- tawhid wa ´l-ﺀadl, y algunas veces simplemente ahl al- tawhid.
[11] Según Ibn
Jaldún (s. VIII/XIV), Es el espíritu de parentesco familiar o tribal, por medio
de la solidaridad, es un lazo fundamental de la sociedad humana y fuerza de la
iniciación de la historia, una vez que los lazos de la solidaridad tribal
desaparecen se hace posible la formación del Estado. Maillo Salgado, Felipe, Vocabulario Básico de Historia del Islam,
pp. 33-34. Ibn Jaldún, Introducción a la
Historia Universal (Al-Muqaddimah), Primer libro, p. 275 y ss.
[12] Marín Guzmán,
Roberto, “La mu‘tazila, escuela librepensadora del islam. Historia de una
controversia teológica y triunfo del ash‘arismo. Siglos IX-X, pp. 5-12, y
Maillo, Op. cit., pp. 123 y 124.
[13] Esposito, Op. cit., volume IV, p. 191.
[14] Ibidem, p. 192.
[15] Maillo, Op. cit., pp. 148-168.
[16] Cahen, Claude,
Historia Universal Siglo Veintiuno,
Volumen 14, El Islam, I. Desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio
Otomano, p. 296.
[17] Shaw, Stanford, History of the Ottoman Empire and Modern
Turkey, Volume I. Empire of the Gazis, The Rise and Decline of the Ottoman
Empire, 1280-1808, p. 144.
[18]
Ibidem.
[19] Hodgson, M. G. S., The Venture of Islam, Conscience in history in
a world of Civilization, Book V: Second flowering. The Empire of gunpowder
times, Chicago, Chicago University Press, 1974, p. 73.
[20] Ibidem, p. 84.
[21] Uno de los nombres que los druzos
usan para referirse a ellos mismos es el de Ahl al-Tawhid,
o “Gente del Monoteísmo.”
[22] Fulton, A. S., “Chikh Mohammed
Abdou. Rissalat al Tawhid”, pp. 869-872.
[23] Nettler, Ronald, “A Modern Islamic
Confession of Fiat and Conception of Religion: Sayyid Qutb¨s Introduction to
the Tafsir, fi Zilal al-Qur´an”, pp., 109 y104.
[24] Nettler, Op. cit., p. 102.
[25] Sus trabajos contienen
principalmente tratados sobre lo que el autor considera son las “enfermedades”
de la humanidad, e idealiza de sobre manera la fe y el contenido del
texto sagrado.
[26] Esposito, John L. (Editor en jefe),
The Oxford Encyclopedia of the Modern
Islamic World, 4 vols., 1995, volume IV, Op. cit., p. 196.
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